lunes, 18 de mayo de 2015

LE SAPE




Le Sape es una abreviatura basado en la fraseSociété des Ambianceurs et des Personnes Elegantes” (La Sociedad de anfitriones y Personas Elegantes) y haciendo alusión a la palabra de argot francés "sape", que significa "traje".  Es un movimiento social centrado en Brazzaville, la capital de la República del Congo. Una variante  de Le Sape se llama sapeur. El movimiento encarna la elegancia en el estilo y modales de dandis predecesores coloniales como medio de resistencia. Ellos están en marcado contraste con el ambiente en el que se vive en el Congo .

Le sape se remonta a los primeros años del colonialismo en África y, en particular Brazzaville y Kinshasa. La misión francesa era civilizar a los los africanos que ivan desnudos. Para ello los colonos trajeron ropa de segunda mano de Europa como instrumento de negociación para ganar la lealtad de los jefes de las tribus. Brazzaville pronto se convirtió en la zona residencial más favorecida para los blancos y la sede del gobierno colonial. A finales del siglo XIX sus los criados de los colonos fueron los primeros en abrazar la modernidad europea, porque se les daba ropa en lugar de dinero como compensación por su trabajo.



 Una influencia importante en la élite congoleña, presente durante la década de 1920, fueron los trabajadores coloniales de la África occidental que llegaron al Congo. Se les llamaba Bapopo o Coastmen y sirvieron de inspiración para la élite congoleña para luchar contra los cargos arraigados de inferioridad nivelado a ellos por el colonialismo francés y belgas. Los hombres congoleños jóvenes tomaron el estilo de sus amos.




Su fundador fue André Grenard Matsoua, el primer congoleño en volver de París trajeado, como un monsieur. Su retorno alcanzó dimensiones épicas se le recibió como si fuera embajador de un mundo lejano. Él aceptó esa condición y engrandecio Francia hasta elevarla a la categoría de Tierra Prometida, suyo es el título de grand sapeur. Y si Matsoua fue el pionero de este dandismo, el músico Papa Wemba fue quien lo popularizó. A finales de los años sesenta, Wemba se opuso al regreso a la autenticidad proclamada por Mobutu Sese Seko. El primer dictador de Zaire emprendió una huida hacia delante para desmarcarse de todo lo relacionado con la cultura europea e impuso el abacost (traje de tres piezas tipo maoísta) como uniforme. Wemba nunca renunció a su estilo de sapeur y le dio visibilidad internacional gracias a su grupo Viva la Música. 




A partir de los años ochenta, los sapeurs desaparecieron del paisaje provocado por  tres guerras internas. Hasta principios de este siglo finalizados ya los conflictos, regresaron al grito de "Dejemos las armas y vistámonos elegantemente". "Solo hay SAPE si hay paz" es otro de sus lemas.




Su código de vestimenta lleva además un determinado patrón de comportamiento. Sus reglas no escritas imponen obligaciones estéticas: no se pueden combinar más de tres colores en el mismo atuendo, y éticas: los sapeurs son hombres de una moralidad intachable. La diferencia entre sus condiciones de vida y su manera de vestir será abismal, pero porque le Sape se corresponde con un modo de pensar y de sentir es decir una forma determinada de ser. Desde el pacifismo anima a la autosuperación. Cada miembro se pone un apodo y elige un determinado look. Su condición va acompañada de una determinada gestualidad: andares elásticos, miradas altaneras. El puro y el bastón, dos de sus complementos indispensables, les ayudan a subrayar esa actitud chulesca. Con ellos alargan sus movimientos, los redondean.



Su voluntad es la de dignificar. Esta es una comunidad emocional que aleja a sus miembros de la exclusión social. En los últimos años le Sape está legitimada por las instancias políticas. El presidente de la República del Congo, Denis Sassou-Nguesso, es considerado un buen sapeur. Le llaman Pierre Cardin en honor al modista francés.



Le Sape es un movimiento que  aunque viva ajeno a la moda internacional, contempla sus propias tendencias. 






Entre los jóvenes, cada vez es más popular un subgrupo llamado Picadilly que ha hecho de la falda escocesa su particularidad. Llevan kilt para rendir homenaje al príncipe Carlos de Inglaterra, según uno de sus miembros uno de los personajes más elegantes del planeta.



El sentido del estilo de estos congoleños, como el de cualquier pueblo, está ligado a su propia historia. Los sapeurs están reconciliados con su pasado colonial y adoptan como modelo el del invasor. Podríamos decir que padecen algo así como una especie de síndrome de Estocolmo estético. La superación de la miseria por parte de los sapeurs, aunque simbólica, llevan implícito un mensaje de rebeldía. 




La contradicción es la esencia de este movimiento. Los sapeurs asumen la hostilidad que les rodea, pero al mismo tiempo evidencian el carácter impermeable de las buenas maneras y el vestir bien. La elegancia se revela como un analgésico. La única arma que tienen para defenderse de su destino es su atuendo. Es una llamada al orden en medio del caos. Vivirán en condiciones precarias, pero llevan los zapatos relucientes. Hacen de la necesidad una virtud y convierten el defecto en exceso. 




En la actuadidad Le Sape se ha internacionalizado y en la actualidad encontramos en Bruselas y Londres comunidades de sapeurs. Además en internet, el mito vuela libre. Diseñadores de moda como Paul Smith se inspiran en ella a la hora de confeccionar sus colecciones, y los comisarios de arte la convierten en museizable: la Ciudadela de Pamplona les dedicó una exposición dentro de sus jornadas África imprescindible; al sur del Sáhara.




No hay comentarios:

Publicar un comentario